La alcaldesa Carmen Moriyón se compromete a trabajar arduamente para lograr el progreso de Gijón, respetando la decisión de la mayoría de los ciudadanos, que han votado en mayor medida a los grupos de centro derecha. Durante su discurso de investidura, defendió el pacto con PP y Vox como un ejemplo de madurez política y rechazó las acusaciones de la izquierda sobre un "pacto de la vergüenza".
La alcaldesa afirma su compromiso de llevar a cabo el programa acordado a pesar de las dificultades y de mantener a Gijón como una ciudad abierta y acogedora. También hace énfasis en su compromiso para defender los intereses del municipio. Reconoce que las elecciones locales han resultado en una representación plural y que la comunidad autónoma está "abierta" a todas las tendencias ideológicas.
En el caso del pacto con PP y Vox, Moriyón asegura que su prioridad es la defensa de las libertades individuales de todos los ciudadanos y la protección de la cultura milenaria asturiana. La alcaldesa se compromete a presidir un Ayuntamiento con representantes mayoritariamente femeninas, incluyéndose ella misma y las portavoces de PP y Vox.
El programa común del pacto incluye la reducción de la fiscalidad, la eliminación de la burocracia y una administración local más transparente, con especial atención en la consecución de fondos europeos. Moriyón también está enfocada en la renaturalización del río Piles, el desarrollo del área empresarial de Naval Gijón y la atención a pymes y autónomos.
La alcaldesa reafirma su compromiso con la generación de empleo y el progreso de la ciudad, manteniendo su carácter "abierta, plural, acogedora e integradora". Así, Moriyón quiere que Gijón sea "punta de lanza" del progreso regional y una ciudad "libre y dinámica".
Moriyón se muestra honrada por ser la alcaldesa por tercera vez y asegura que está dispuesta a darlo todo por el municipio. Además de rendir cuentas, contará con el apoyo de la sociedad civil para lograr el progreso de Gijón.