El aparato científico del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) ha recuperado este sábado las huellas de un terópodo y de un estegosaurio en los barrancos del ambiente de Llastres, en el concejo de Colunga.Los 2 huellas salvadas en este momento se incorporarán a los fondos del MUJA, que con ellas incluirá un total de 714 piezas.

Según informó el Ejecutivo, la icnita de terópodo es tridáctila, pertinente al pie derecho de un dinosaurio de importante tamaño, y exhibe unos dedos parcialmente largos y estrechos. Por su parte, la de estegosaurio refleja un pie de unos 48 centímetros de longitud y 34 de ancho. Tiene forma de pala, con tres dedos cortísimos y de terminación redondeada.

Los terópodos eran bípedos, la mayor parte carnívoros, y se desplazaban únicamente con las extremidades traseras. Por el opuesto, los estegosaurios eran cuadrúpedos y vegetarianos, se caracterizaban por una doble hilera de placas en todo el lomo y se movían siempre y en todo momento con las 4 extremidades.

Los dinosaurios dejaron impresas sus huellas en una llanura deltaica. Ambas icnitas se preservan como contramoldes en arenisca y están en la cubierta de la capacitación Llastres, pertinente al Jurásico superior, con una edad aproximada de 154 millones de años.

El asesor de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, y la regidora de Colunga, Sandra Cuesta, han asistido a la restauración de estas piezas adjuntado con el conjunto de estudiosos del museo, compuesto por los geólogos José Carlos García-Ramos y Laura Piñuela.

En el ambiente de los barrancos tienen la posibilidad de verse, además de esto, otras huellas de dinosaurios, entre ellas, las de enormes saurópodos, tal como rastros preservados en las rocas que dejan interpretar de qué forma eran la vida y el paisaje propios de aquella temporada.

De este modo el MUJA aloja la compilación de huellas de estegosaurio mucho más abundante de todo el mundo y ciertas de terópodos y estegosaurios de mayor tamaño conocidas, con 78 y 58 centímetros, respectivamente.