OVIEDO, 17 Jul.
Un estudio en todo el mundo con participación del Instituto Mixto de Biodiversidad de Mieres, centro compartido entre el CSIC, la Universidad de Oviedo y el gobierno del Principado de Asturias, ha comprobado que el peligro climático de incendios forestales está incrementando en el mundo entero debido al calentamiento global. La investigación, que mira 500 trabajos anteriores y también incluye un nuevo análisis de datos de última generación con visualizaciones por satélite y modelos climáticos, apunta a que las acciones y políticas humanas tienen la posibilidad de desempeñar un papel primordial en la regulación de los impactos regionales.
"Cada vez son mucho más usuales panoramas mucho más secos y calurosos que son mucho más susceptibles a quemarse y, además de esto, con mucho más dureza, lo que aumenta el peligro de enormes incendios forestales, asimismo llamados megaincendios o incendios de sexta generación" enseña la estudiosa del IMIB-CSIC, Cristina Santín. El número de días con peligro radical de incendios ha incrementado en el mundo entero y se ha duplicado en la cuenca mediterránea en los últimos 40 años, ha añadido.
Los modelos climáticos usados en este estudio señalan que la continuidad con la que se dan condiciones climáticas favoreces para enormes incendios hoy en día en varias zonas, como la cuenca mediterránea y la Amazonía "se desvía ahora sensiblemente de lo que se espera sin calentamiento global", debido al incremento de temperatura de 1,1 °C inducido por el hombre. El aumento en el peligro de incendios se ha producido, además de esto, de manera mucho más rápida que la sosprechada por los modelos.
Los autores resaltan, no obstante, que este incremento de peligro climático de incendios no en todos los casos se está traduciendo en mayor área quemada, en tanto que los humanos han achicado la propagación de incendios en ciertos panoramas naturalmente propensos a ellos. Este es la situacion de las sabanas africanas o de Brasil, donde el incremento de la área destinada a la agricultura y el pastoreo ha achicado la vegetación natural y, por consiguiente, los incendios.
Este desacople, señala el estudio, está asimismo relacionado en varias zonas con políticas enormemente eficientes de supresión de incendios, como en la situacion de la cuenca mediterránea. "No obstante, esa es un arma de doble filo puesto que puede ofrecer rincón a acumulaciones muy enormes de vegetación y acrecentar de este modo el peligro de incendios a medio-largo período. A pesar de que las condiciones climáticas que fomentan los incendios forestales ahora han incrementado en muchas zonas de todo el mundo y seguirán haciéndolo, los componentes humanos todavía median, y en ciertos casos aun revierten los efectos climáticos. Pero eso no significa que tengamos la posibilidad relajarnos, si no actuamos en este momento para achicar el calentamiento global bajo los 2°C, el peligro de incendio va a aumentar en solo unos cuantos décadas a escenarios jamás vistos", concluye Santín.