OVIEDO, 31 Oct.
La Fiscalía del Principado de Asturias ha pedido 22 años de prisión y diez de independencia observada para un acusado de matar de 25 puñaladas a su yerno, del que su hija se se encontraba divorciando. El hombre presuntamente mató a su yerno pues no deseaba que su nieto de 2 años, hijo de la pareja, pasara con él el objetivo de semana así como había predeterminado el Juzgado en el desarrollo de separación. La vista oral frente a un Tribunal del Jurado está señalada desde el viernes 4 de noviembre.
El Ministerio Fiscal mantiene en publicación oficial que el acusado decidió acabar con la vida de su yerno, con el que su hija estaba en trámites de divorcio y a propósito de la mala relación que existía entre los dos.
El acusado tomó esta determinación con el propósito de "procurar evitar a toda costa" que la víctima pasara el objetivo de semana con su nieto, así como había predeterminado el Juzgado de Primera Instancia y también Instrucción nº 2 de Mieres, que atribuyó la almacena y custodia del menor a la madre y el derecho de visita del padre los fines de semana alternos de cada mes, con pernocta desde el viernes por la tarde hasta el primer día de la semana por la mañana.
Ante la iniciativa de que la víctima pudiese utilizar este derecho de visitas por vez primera ese fin de semana, el acusado decidió matarlo. Así, minutos antes de las ocho de la mañana del 12 de noviembre de 2019, el acusado se dirigió al hogar de la víctima, en Mieres, y picó al telefonillo.
Entonces la víctima le abrió la puerta y, ahora en la vivienda, le invitó a charlar en la cocina. En ese instante, de manera completamente inesperada, sin que mediara palabra alguna y sin que el padre del niño pudiese imaginarse en ningún instante el ataque, el acusado sacó de entre su ropa un arma blanca, tipo cuchillo o machete, con una hoja de importante tamaño, y se lo clavó en el abdomen con enorme crueldad y, ahora, salvajemente, en la muñeca.
La víctima procuró defenderse sin éxito a lo largo de los pocos segundos que logró sostenerse de pie y cayó tendido en el suelo. Entonces, el acusado, valiéndose del mismo cuchillo y utilizando que la víctima por el momento no podía repeler sus asaltos, le dió varios cortes tanto en la cabeza como en el cuello, usando el arma no solo para acuchillarlo, sino más bien asimismo para cortarlo y golpearlo. Llegó a propinarle hasta 25 puñaladas.
Tras la despiadado agresión, el acusado salió de la vivienda, llevándose consigo el arma homicida, que ocultó y que jamás fue localizada por la Policía. El acusado, en su propósito de terminar con la vida de su yerno, le dió un número de puñaladas que "excedieron de las primordiales para generarle la desaparición", según la Fiscalía, y "solo lo logró para cerciorarse de que ocasionaba a la víctima un mal y un padecimiento completamente insignificantes". Como consecuencia del ataque, su yerno murió sobre las ocho de la mañana del 12 de noviembre de 2019.
Sobre las nueve menos veinticinco de la mañana, el acusado asistió a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Mieres y allí reconoció al agente que se encontraba en servicio de supervisión en la puerta que "creía" que terminaba de matar a su yerno, "pinchándolo en la barriga". El acusado está en prisión provisional sin fianza por esta causa desde el 14 de noviembre de 2019.
La Fiscalía cree que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato en el que concurre la atenuante analógica de confesión.