Un destacado equipo liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) ha sacado a la luz un innovador estudio sobre una terapia de nanopartículas que promete revolucionar el tratamiento de la lesión renal aguda y la enfermedad renal crónica. La meta es avanzar hacia un ensayo clínico que identifique qué pacientes se beneficiarían de estos avances.

Los científicos han comprobado en experimentos con ratones que al encapsular el fármaco 'JQ1' --una molécula que actúa sobre unas proteínas llamadas BET-- en cierto tipo de nanopartículas, se reduce la dosis necesaria y se minimizan los efectos secundarios no deseados.

Aunque este medicamento se había propuesto para patologías renales, el elevado nivel de dosificación requerido generaba efectos secundarios adversos y una alta toxicidad, según informó el ISPA en un comunicado de prensa.

La investigación, recientemente publicada en la revista 'Biomedicine & Pharmacotherapy', logró encapsular y administrar de manera selectiva el inhibidor 'JQ1' en una cantidad "adecuada" para obtener el efecto terapéutico deseado y al mismo tiempo disminuir su toxicidad.

Estos prometedores resultados obtenidos en modelos animales con daño renal abren nuevas posibilidades en el tratamiento de la lesión renal aguda y la enfermedad renal crónica, gracias a una innovadora tecnología de encapsulación de la molécula 'JQ1' en nanopartículas con base lipídica.

Marco Filice, director del grupo de investigación Nanobiotecnología para Ciencias de la Vida de la Facultad de Farmacia de la UCM, explicó que la creación de estos liposomas "ha demostrado mejorar la eficacia del fármaco en modelos murinos de lesión renal aguda y crónica en comparativa con su administración sin encapsular, reduciendo la infiltración de células inmunes en el riñón, lo que conlleva a una disminución de la inflamación y la posterior fibrosis".

Por otro lado, destacó la técnica novedosa de doble encapsulación del fármaco en dichas nanopartículas lipídicas, algo que hasta el momento no se había estudiado con tal profundidad. La encapsulación en liposomas permite una mayor estabilidad y biodisponibilidad del fármaco, lo que se traduce en una mejora considerable en la eficacia terapéutica y la reducción de los efectos secundarios.

Beatriz Suárez, directora del grupo de investigación en Inmunología Traslacional del ISPA, señaló que el uso de liposomas "facilita su aplicación clínica debido a la alta biocompatibilidad de estos lípidos, que son componentes naturales de las células de nuestro organismo".

Además, Suárez agregó que esta biocompatibilidad ha sido ampliamente respaldada por la comunidad científica, como se demostró durante la pandemia con el desarrollo de vacunas contra el SARS-CoV-2 que utilizaban tecnologías similares basadas en liposomas.

Este grupo de investigadores ha dedicado años a encontrar blancos terapéuticos para el tratamiento de patologías renales, demostrando que la modulación de los mecanismos epigenéticos es una estrategia terapéutica eficaz para frenar el daño renal.

La autora principal del estudio, Paula Díaz, explicó que con esta investigación se pudo comprobar que la administración del fármaco 'JQ1' en modelos animales de daño renal "bloquea el estrés del retículo endoplasmático, un proceso inicial crucial para revertir o perpetuar el daño y avanzar en la enfermedad".

Por último, Maria Laura Saiz, coautora de ambos investigaciones, destacó que se trata de "un fármaco sumamente potente y con un gran potencial en el tratamiento de ciertas enfermedades renales". Ahora están trabajando en optimizar su administración para lograr una mayor eficacia.

Carlos Lopez Larrea, codirector del grupo de Inmunología Traslacional, subrayó la relevancia de estos hallazgos, ya que "pueden ser aplicados en distintas áreas como la encapsulación de otras moléculas terapéuticas con problemas similares al del inhibidor JQ1, o en otras enfermedades donde se ha demostrado que el inhibidor JQ1 también es efectivo".