Un caso alarmante ha salido a la luz en la ciudad de Gijón, donde la Policía Nacional ha arrestado a un hombre de más de 60 años, acusado de cometer agresiones sexuales contra su propia nieta y de almacenar una gran cantidad de pornografía infantil en la nube.
Esta mañana, el detenido fue presentado ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Gijón, donde se ha dictado su ingreso en prisión tras ser informado de los cargos en su contra.
La investigación comenzó gracias a un programa de vigilancia cibernética conocido como "centinela" que lleva a cabo la Policía Nacional. Durante su monitoreo, los agentes detectaron a un individuo que estaba subiendo a la nube archivos altamente denigrantes y de contenido pederasta en los que aparecía una menor, desde una ubicación en Gijón.
Con esta información, la Comisaría de Gijón inició una exhaustiva investigación que, aunque se ejecutó con premura, fue meticulosa en su desarrollo. Los análisis indicaban que las imágenes de la víctima eran autoproducidas, mostrando a la niña en diferentes etapas de su crecimiento, en el mismo entorno familiar, lo que sugería que el maltrato había sido prolongado en el tiempo.
A través de minuciosas indagaciones, los agentes identificaron a la niña, quien tiene menos de 14 años y es nieta del sospechoso. Este hecho reveló una situación desgarradora que había pasado desapercibida para los padres de la menor, quienes desconocían que su hija había sido víctima de abusos sexuales durante sus visitas al hogar de su abuelo.
Los investigadores lograron localizar al sospechoso y establecer un dispositivo de vigilancia alrededor de su residencia. Finalmente, fue arrestado al salir de su vivienda, y su teléfono móvil fue confiscado para su análisis.
Posteriormente, con la autorización del juez, se llevó a cabo un registro del domicilio del acusado, donde se hallaron un ordenador portátil, un pendrive, tarjetas de memoria y otros documentos que servirán como pruebas en la investigación.
La operación fue el resultado de la colaboración estrecha entre la Unidad Central de Ciberdelincuencia y la Comisaría de Gijón, que actuaron con rapidez para poner fin a esta inaceptable situación y salvaguardar a la menor, que había estado sufriendo abusos en su propio entorno familiar durante años.
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