El monasterio de San Pelayo de Oviedo es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Oviedo en Asturias. Sus orígenes se remontan al siglo X, cuando el rey Alfonso II mandó construir un templo en honor a San Pelayo, un joven mártir cristiano que había sido asesinado por los musulmanes durante la ocupación árabe de la península ibérica.
La arquitectura del monasterio de San Pelayo de Oviedo es una muestra del estilo románico asturiano, con influencias mozárabes y mudéjares. El templo está construido en piedra, con una planta basilical de tres naves separadas por columnas y arcos de medio punto. La fachada principal cuenta con una portada decorada con relieves que representan escenas de la vida de San Pelayo.
El monasterio de San Pelayo de Oviedo ha sido un importante centro religioso desde su fundación, atrayendo a peregrinos y fieles de toda la región. Durante la Edad Media, el monasterio fue un importante centro de estudios y bibliotecas, conservando numerosos manuscritos y documentos históricos de gran valor.
En la época moderna y contemporánea, el monasterio de San Pelayo de Oviedo ha sido objeto de numerosas restauraciones y remodelaciones para preservar su valor histórico y arquitectónico. Actualmente, el monasterio sigue siendo un lugar de culto y devoción para los habitantes de Oviedo y visitantes.
El monasterio de San Pelayo de Oviedo es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, recibiendo cada año miles de visitantes interesados en su historia y arquitectura. Además, el monasterio forma parte del patrimonio cultural de Asturias, siendo un símbolo de la identidad y la tradición de la región.
En definitiva, el monasterio de San Pelayo de Oviedo es un lugar de gran valor histórico, arquitectónico y cultural en Asturias, que continúa atrayendo a visitantes y fieles de todas partes. Su importancia como centro religioso y patrimonio cultural lo convierte en un lugar imprescindible para conocer la historia de la región.