
En la apertura de la jornada del viernes, las acciones de Indra mostraron una tendencia a la baja, con una disminución del 1,1% que situó su valor en 27,26 euros por acción. Este descenso la colocó como la líder de las pérdidas en el Ibex 35 justo después de que se anunciara que la empresa está considerando una fusión con Escribano Mechanical and Engineering (EM&E). Tras unos minutos, las acciones de Indra intensificaron su caída, llegando a casi un 4%, provocando su cotización a 26,56 euros.
La compañía ha decidido contar con la consultora KPMG para llevar a cabo un estudio sobre la viabilidad de una posible fusión con EM&E; sin embargo, la propia EM&E ha dejado claro que "no está en venta", según lo reportado por Europa Press.
Con un 14,3% de participación en Indra, EM&E se posiciona como su segundo mayor accionista, estando solamente detrás del Gobierno español, que a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) posee el 28% de las acciones.
El actual presidente de Indra es Ángel Escribano, quien también posee el 50% de EM&E, junto a su hermano Javier Escribano, que controla la otra mitad de la empresa. En este contexto, Indra está llevando a cabo una 'due diligence' con KPMG para evaluar los posibles beneficios de una fusión con EM&E.
Según fuentes consultadas por Europa Press, la operación se llevaría a cabo mediante un intercambio de acciones, lo que significa que no habría una compra directa de EM&E por parte de Indra. Sin embargo, Javier Escribano, presidente de EM&E y miembro del consejo de administración de Indra, ha subrayado que “la empresa no está a la venta” y se evaluó su valor por encima de 1.000 millones de euros, refutando las cifras recientes divulgadas en los medios.
La fusión potencial permitiría a Indra sumar a su cartera una compañía dedicada al sector de armamento, una área que ya ha despertado el interés de la firma. EM&E es reconocida por su fabricación de torretas para vehículos blindados y ha estado involucrada junto a Indra en el consorcio Tess Defence, con contratos significativos para la producción de equipos para el Ejército español, valorados en cerca de 2.000 millones de euros.
Aparte de estas evidencias, Indra ha inaugurado una nueva filial, Indra Land Vehicles, para la fabricación de vehículos militares. La empresa también intentó adquirir una planta de producción de Santa Bárbara Sistemas en Asturias, pero esta operación fue bloqueada por General Dynamics. Actualmente, Indra está a punto de adquirir otra planta en Gijón para establecer una línea de producción de vehículos blindados.
Por otro lado, se prevé que Indra asuma un papel fundamental en el incremento del gasto militar en España, ya que el Gobierno ha anunciado un aumento significativo en la inversión en defensa, ascendiendo a 10.471 millones de euros. Esto se suma a la amplia expansión de Indra en sectores como la defensa y la industria aeroespacial, evidenciada por la reciente adquisición del 89,68% de Hispasat por 725 millones de euros.
A pesar del éxito en la compra de Hispasat, Indra ha indicado que su principal interés recae en el control de Hisdesat, su división de satélites militares. También se encuentra considerando incrementar su participación en ITP Aero, una empresa vasca productora de motores para aviones, de la que ya posee un 9,5%. Ángel Escribano ha destacado anteriormente su interés en ITP, señalando que la adquisición podría ser una posibilidad en el futuro, especialmente si el fondo Bain Capital, que controla el 69,5% de la compañía, decide vender.
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