OVIEDO, 7 de marzo.
La emblemática Catedral de Oviedo celebrará el próximo 13 de marzo un hecho histórico: el 950 aniversario de la primera apertura documentada del famoso Arca Santa, que se encuentra en la venerada Cámara Santa del templo. En el marco de este importante evento, el Archivo Capitular ha presentado un documento del 13 de marzo de 1075, que narra la visita del rey Alfonso VI y de su hermana, doña Urraca, para la apertura de este relicario.
El Arca Santa, que llegó a la Catedral durante el reinado de Alfonso II (762-842), no fue abierta hasta la época de Alfonso VI. Aunque hubo intentos previos documentados para abrir el arca que no se concretaron, finalmente se logró en la Cuaresma de 1075, en una ceremonia que el propio rey Alfonso VI llevó a cabo con una "gran devoción" junto a sus acompañantes.
Estas informaciones fueron expuestas en una rueda de prensa por el historiador de la Universidad de Oviedo, Miguel Calleja, quien estuvo acompañado por el Canónigo archivero de la Catedral, Juan José Tuñón, y la directora del Museo de la Iglesia, Otilia Requejo.
El documento presentado a los medios no solo detalla el acto de apertura del Arca, sino que también menciona la donación del Concejo de Langreo a la Sancta Ovetensis, lo que llevó a que el Arzobispo de Oviedo adquiriera el título de "señor jurisdiccional" de Langreo. En este escrito se describe el ritual de la apertura, los asistentes y una lista pormenorizada del contenido del arca, que incluye 85 reliquias.
El Canónigo archivero ha expresado su "satisfacción" por poder compartir este documento, resaltando su "valor entrañable", ya que ese momento marcó un nuevo hito en la veneración del Arca Santa, que ya atraía peregrinos de diversas partes de Europa antes de esta fecha. Este evento se convirtió en el "punto de partida" para Oviedo como un importante centro de peregrinación.
Calleja añadió que el documento es "excepcional" por la riqueza de información que contiene. Subrayó que la apertura del arca y el reconocimiento de sus reliquias se realizó "con solemnidad" en una visita real a la ciudad, acentuando que la presencia del rey en Oviedo tenía "un significado especial", particularmente durante la Cuaresma.
El historiador también indicó que el acta documenta la existencia de reliquias de Cristo, la Virgen, los Apóstoles, y santos de origen visigodo y paleocristiano. Destacó que, en este caso, "el propio relicario es la pieza importante", lo que otorga un peso particular al Arca Santa en su conjunto.
El acta fue firmada por aproximadamente una treintena de personas, entre ellas destaca la firma de Doña Urraca, así como obispos y otras figuras relevantes de Oviedo. Además, se identifica la firma de "un tal Rodrigo Díaz", que algunos historiadores creen podría ser El Cid, un noble de considerable relevancia en la corte de aquel entonces.
La firma de Doña Urraca como la primera firmante resalta, según el profesor Calleja, "el poder femenino en la corte de aquella época", y pone de manifiesto el papel central que ella desempeñó tanto en el reinado como en la apertura del Arca Santa.
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