La XII legislatura de la Junta General del Principado de Asturias comienza hoy con su pleno de constitución tras las elecciones del 28 de mayo.
En la sesión plenaria de hoy se elegirá la Mesa de la Cámara, en la que el socialista Juan Cofiño es el candidato a presidirla, y la socialista Celia Fernández opta a repetir como vicepresidenta primera del parlamento.
Previsiblemente, el diputado del PP José Agustín Cuervas Mons será vicepresidente segundo y la parlamentaria del PP Pilar Fernández Pardo, secretaria segunda. Además, la diputada de IU Delia Campomanes opta, por cesión del PSOE, al puesto de secretaria primera de la Mesa de la Cámara.
El resto de formaciones políticas, como Vox, Podemos y Foro, no obtendrán presencia en el órgano de gobierno de la Junta General del Principado.
En la nueva composición del parlamento, el PSOE tendrá 19 de los 45 escaños distribuidos en tres circunscripciones. El PP contará con 17 diputados divididos en tres circunscripciones. Vox contará con cuatro parlamentarios, todos ellos por la circunscripción central. Por su parte, IU-Convocatoria por Asturias tendrá tres diputados por la circunscripción central, y contarán también con presencia en la Cámara asturiana por el centro Foro (Adrián Pumares) y Podemos (Covadonga Tomé).
Tras la sesión constitutiva, el presidente del parlamento tendrá diez días para fijar la fecha del pleno de elección del presidente del Principado de Asturias. Tanto el actual presidente y líder socialista, Adrián Barbón, como el candidato del PP, Diego Canga, han manifestado su intención de presentarse.
Los socialistas ya han iniciado conversaciones discretas con IU para favorecer un gobierno progresista y estable. Por su parte, Podemos ha pospuesto su decisión sobre el sentido del voto en la investidura. Tampoco ha orientado su voto todavía el parlamentario de Foro.
La elección se hace por mayoría absoluta de los miembros de la Junta en primera convocatoria, y por mayoría simple en las posteriores, debiendo mediar entre cada convocatoria, al menos, 48 horas. Los diputados solo pueden abstenerse o apoyar las candidaturas, lo que reduce las posibilidades de bloqueo y repetición electoral.
Si transcurrido el plazo de dos meses a partir de la constitución de la Junta ningún candidato hubiera sido elegido, la Junta General electa quedaría disuelta, procediéndose a la convocatoria de nuevas elecciones.