
OVIEDO, 4 de mayo.
La Guardia Civil de Asturias ha llevado a cabo la operación 'Arista', resultando en la detención de seis individuos acusados de estar detrás de diez robos en distintos establecimientos de hostelería y gasolineras en la zona central de Asturias. En total, se estima que los delincuentes habrían sustraído aproximadamente 10.000 euros. Tras su comparecencia ante el Juzgado de Guardia de Avilés, cinco de los detenidos fueron puestos en libertad, mientras que uno fue encarcelado en el Centro Penitenciario de Villabona.
El Instituto Armado ha informado que, gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad y la cooperación de la ciudadanía, se logró identificar a siete personas implicadas en estos delitos. Las edades de los sospechosos oscilarían entre los 19 y 41 años, y son residentes de Avilés, Corvera y Castrillón. La detención de cinco de ellos tuvo lugar el 22 de abril, y otro fue arrestado el 28 del mismo mes. La investigación sigue su curso para localizar al séptimo individuo involucrado.
Los robos comenzaron en marzo y afectaron a los municipios de Siero, Corvera de Asturias, Llanera y Castrillón. Según los reportes del Instituto Armado, los delincuentes utilizaban objetos contundentes, como mazas o tapas de alcantarilla, para romper los ventanales de los locales. En al menos tres ocasiones, también recurrieron a la violencia o la intimidación contra los trabajadores.
Una vez dentro de los establecimientos, los sujetos forzaban las máquinas recreativas y las cajas registradoras para apoderarse del dinero, causando daños significativos en el proceso.
Generalmente, operaban en grupos compuestos por entre dos y cuatro personas, uniformados con ropas oscuras, guantes, capuchas y bufandas para cubrir sus rostros.
Además, utilizaban vehículos robar a última hora de la tarde o durante la noche misma de los robos, buscando que los propietarios no se percataran de la falta de sus automóviles y no tuvieran tiempo para denunciarlo.
Su modus operandi para sustraer los vehículos era bastante similar: forzaban la cerradura de la puerta del conductor, accedían al interior y manipulaban el sistema de arranque para poner en marcha el automóvil.
Para aumentar sus probabilidades de éxito, seleccionaban lugares con buena accesibilidad, como Mieres, Llanera, Grado y Piedras Blancas. Posteriormente, abandonaban los vehículos en caminos rurales. En una de sus acciones, incluso incendiaron uno de los coches para eliminar las pruebas de su actividad delictiva.
Las pesquisas demostraron que no solo utilizaban el vehículo robado para cometer los delitos, sino que empleaban otro coche adicional para desplazarse hasta el lugar de la sustracción y funcionaba como un vehículo de apoyo, avisando a sus cómplices sobre la presencia de controles policiales.
Una vez en el área donde planeaban realizar el robo, ese segundo vehículo permanecía en las cercanías vigilando la situación. A pesar de que cambiaban este automóvil tras cada robo para eludir la detección, el hallazgo de uno de ellos resultó ser un avance significativo para los investigadores, ya que estaba vinculado a una persona relacionada con los delincuentes.
Gracias a estas indagaciones, se han esclarecido tres robos violentos que tuvieron lugar en dos bares de Trasona, Las Vegas, y en una gasolinera de Siero, además de siete robos con fuerza en distintos bares de Lugo de Llanera, Cruz de Illas (Castrillón), Parque Astur, Piedras Blancas, Meres-Siero y Parque Principado.
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