Crónica Asturias.

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Sabina se despide de Gijón, rinde homenaje a Ángel González y destaca la complicidad de su público.

Sabina se despide de Gijón, rinde homenaje a Ángel González y destaca la complicidad de su público.

El reconocido cantautor Joaquín Sabina está llevando a cabo su gira de despedida, 'Hola y adiós', y en su reciente presentación en Gijón, dejó claro el impacto que esta ciudad ha tenido en su trayectoria musical. Durante el espectáculo, Sabina recordó con cariño sus visitas a la Semana Negra y la complicidad del público gijonés al entonar su nombre.

El recital se inició al caer la tarde, y el artista no dudó en rememorar sus momentos junto al poeta asturiano Ángel González, compartiendo una letra que construyeron en su momento: "Qué noches de callejón sin salida; derroche, Asturias, patria querida..." Esta evocación conectó instantáneamente con sus seguidores, quienes lo apoyaron con cánticos entusiastas.

Después de haber recorrido varios países y haber ofrecido aproximadamente medio centenar de conciertos, Sabina pisó el escenario del Gijón Life, donde enfrentó a los que dudaban de su capacidad para continuar girando. A pesar de su historia de cancelaciones, como la famosa del 2005, él sigue adelante, con su último concierto programado para el 30 de noviembre en Madrid, ya con entradas agotadas.

El comienzo de su concierto puede haber parecido inusual al arrancar con 'Un último vals', pero en realidad, este es solo el preludio de lo que se avecina: el desenlace de su trayectoria. "Lo es, lo es", decía el propio artista mientras reflexionaba sobre su situación actual.

El repertorio incluyó clásicos que provocaron recuerdos en muchos de los asistentes, como 'Ahora que', donde se evocaron momentos de la juventud y la sencillez de la vida. Aunque Joaquín ha adoptado un estilo más tranquilo, permaneciendo sentado en el taburete y utilizando un teleprompter para las letras, su carisma y conexión con el público siguen intactos.

Los espectadores, en su mayoría de una edad madura, demostraron su entusiasmo a través de coros y movimientos de hombros, manteniendo una energía que, si bien no fue explosiva, fue cálida y sincera. Joaquín, por su parte, agradeció el apoyo constante durante los conocidos estribillos de algunas de sus canciones más emblemáticas.

La velada continuó con otras joyas musicales, siendo 'Más de cien mentiras' una de las más aclamadas, donde el artista aprovechó para presentar a su banda. Aunque algunos extrañan a sus antiguos colaboradores, el sonido actual sigue siendo bien recibido por sus fieles seguidores.

Momentos como la interpretación de 'Y si amanece por fin' por parte de Mara Barros y 'Pacto entre caballeros' por Jaime Asúa resaltaron la diversidad en su música. Tras estos interludios, Sabina presentó temas más suaves pero emotivos, llevando la atmósfera del concierto a un nivel de mayor introspección.

A medida que avanzaba la noche, quedó claro que el final estaba cerca. En la parte de los bises, la pieza 'La canción más hermosa del mundo' resonó con fuerza, recordando a todos los presentes la profundidad emocional que Sabina logra en su obra.

El cierre llegó con las icónicas 'Contigo' y 'Princesa', antes de dar paso a 'La canción de los (buenos) borrachos', que marcó el final de una noche memorable. Con sentimientos a flor de piel, los asistentes dejaron el recinto con nostalgia, pero también con el anhelo de que Joaquín regrese, ya sea en una próxima actuación o por medio de un nuevo proyecto musical. El deseo está claro: si el artista decidiera seguir, no habría oposición por parte de sus leales fans.